ARTEMISIA PRESENTE

 María Madalena como la Melancolía (Museo de Soumaya-Méjico)
 
Como ya os anticipamos la semana pasada, Artemisia disfrutó de una más que notable fama en su vida, recibiendo encargos de diferentes países. De esta manera, la pintora viajó por Europa dejando pistas de su obra en numerosos lugares.
Esta circunstancia es difícil de entender: ¿Cómo es posible que alguien con el reconocimiento de todos los estamentos de su época, que incluso llegara a ser aceptada en la prestigiosa Academia de las Bellas Artes de Florencia, fuera olvidada por la historiografía del arte durante cientos de años? De hecho, fue el movimiento reivindicativo de los años setenta el que recuperó su obra afirmando que la misma tenía un cargado sentido feminista.
Según numerosos académicos este “olvido” no es un hecho aislado, ni siquiera un hecho relacionado con el mundo del arte o las ciencias, sino una pieza más del encaje de la situación de la mujer a lo largo de la historia.  En palabras de Nochlin (1971): La pregunta de “¿por qué no ha habido grandes mujeres artistas?” es simplemente la punta del iceberg de una equivocada y errónea concepción e interpretación […] del propio concepto de “grandeza” en términos de excelencia.
Artemisia pintó temáticas propias de la época en la que vivió, pero siempre empleó un prisma marcadamente femenino. Sus personajes, mayoritariamente mujeres, son fuertes, decididas y están absortas en su propio momento, evitando cualquier tipo de complicidad con el observador y de teatralidad que pueda interferir con el desarrollo de la historia que se narra.
Este hecho se ha resaltado en numerosas ocasiones como un aspecto característico de Artemisia, sus heroínas adoptan posiciones valerosas y evitan la mirada del espectador manteniendo una postura de indiferencia al mismo. Es un formato más cercano al "robado" que al "selfie" de nuestros tiempos.
Esta semana os proponemos una revisión de algunas piezas que Artemisia dedicó a estas heroínas ausentes, absortas o simplemente conscientes de su presente. Os sugiero la empatía a la hora de apreciar estas imágenes, poneos en el lugar de las protagonistas y evitad ser mero auditorio de las mismas.
Os dejo el enlace al artículo de L. Nochlin (1971) al que hemos hecho referencia para aquellas con ganas de profundizar (en inglés):
Buena y artemisia semana!

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